Una marca estadounidense dice haber encontrado la solución definitiva para aquellos ‘adictos’ a los cupcakes, tartas y bollos. Se trata de unos inhaladores en forma de cigarro que imitan el olor y el sabor de distintos productos grasos poco saludables y limitan las ansias de comerlos.
Este inhalador actúa de forma similar al de los cigarrillos electrónicos. El objetivo es causar en el cerebro la ilusión de que se ha disfrutado de algo, en este caso una comida, a través del olor y del sabor de la misma pero sin sumar al cuerpo ni una sola caloría. En teoría, la sensación hace que te sientas lleno antes de que tu estómago lo esté, por lo que acabas comiendo menos.
A diferencia de otros productos dietéticos, el inhalador de dulces de esta marca estadounidense no contiene drogas, estimulantes o diuréticos. Su precio oscila alrededor de los 8 euros y da para cinco ‘raciones’. El abanico de sabores disponibles es todo un recital de repostería: frapé de caramelo, muffin de arándanos, rollitos de canela, pancakes con sirope de arce..., delicias para los oídos de los amantes del dulce.
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